En El Salvador el drama no es menor en el ámbito de la educación. Dicha actividad, que constituye un valor muy codiciado por los jóvenes, se encuentra muy lejos de estar al alcance de las mayorías. Así, los jóvenes que logran acceder a la enseñanza secundaría difícilmente pueden continuar a grados superiores. La educación superior se torna más costosa e ineficiente y se ha transformado en una fábrica de desempleados. Miles de jóvenes se ven obligados a renunciar a las aulas universitarias. De esta forma la contradicción los jóvenes son afectados por muchas contradicciones en la actualidad:
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Disfrutan de un mayor acceso a la educación y menos oportunidades de empleo.
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Gozan de más acceso a información y menos acceso a poder.
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Poseen más destrezas para la sociedad de la comunicación y menos opciones de autonomía.
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Son más cohesionados hacia adentro, pero más segmentados en grupos heterogéneos hacia fuera. (Se refiere a la generación de identidades colectivas y la participación fragmentarias y cerradas)
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Más aptos para el cambio productivo, pero más excluidos del mismo.
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Dan muestras de una mayor autodeterminación y protagonismo, pero no deciden sobre sus cuerpos.
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Son receptores de políticas en las que aparecen como protagonistas de cambios, pero no las ejecutan ellos.
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Detentan un mayor consumo simbólico (medios de comunicación, universos virtuales, etc.)
Todo esto hace a la juventud sumamente vulnerable, en una época en que los retos son mayores y en que se pone en juego la propia existencia humana. Las paradojas mencionadas conspiran contra el ideal de integralidad de la juventud, necesario para responder a las exigencias del presente y el futuro. “Enfrentar los retos que se plantean a la humanidad supone contar con un joven más coherente e integral”. Estos factores: las crecientes dificultades para encontrar trabajo en concordancia con los niveles educativos alcanzados en un mercado laboral que los rechaza, el mayor acceso a la información, y la creación de expectativas acerca de novedosos y variados bienes y servicios que no pueden alcanzar, son condicionantes de la movilidad social ascendente y portadores de un estatus. En el plano político, la problemática socioeconómica descrita promueve una pugna entre los jóvenes por retomar los objetivos de solución de los graves problemas que aquejan a sus respectivos países, hasta hoy abandonados.
En suma, en el presente los jóvenes se debaten entre el individualismo hedonista impuesto por los medios de comunicación masiva y la lucha por la inclusión social, junto con la solución de los grandes problemas que afectan a nuestro pais.
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